domingo, 25 de julio de 2010

Sobre la privación materna


Originalmente se denominaba privación materna a la situación en la que un niño no había tenido o había perdido un apego seguro con su madre. Éste era un término general que cubría un número de diferentes situaciones y tipos de privación: perceptiva, social, biológica o emocional. La privación puede ocurrir -se decía- cuando por cualquier motivo al niño se le aparta de su cuidador principal. Pero también puede ocurrir en su presencia, si la madre, el padre o el sustituto parental permanente es incapaz de darle al niño el grado necesario de respuesta amorosa, cuidado continuo y apoyo.

De acuerdo con desarrollos más recientes de la teoría del apego de Bowlby, el término privación se usa ahora menos frecuentemente. El estudio de las relaciones de apego y de las representaciones de apego ha llevado a la clasificación de las relaciones de apego en dos amplias categorías: seguro e inseguro.

Las consecuencias negativas de las separaciones en la relación niño-cuidador y particularmente, del cuidado institucional de niños pequeños fue un tema importante de estudio en los años de la postguerra. Un número de investigadores de ambos lados del Atlántico, que en su mayoría trabajaban de forma independiente, descubrieron la importancia fundamental del tema e hicieron importantes contribuciones.

Dorothy Burlingham y Anna Freud realizaron observaciones importantes mientras llevaban la guardería residencial de Hampstead durante la guerra. Todos esos estudios mostraron que los niños bajo cuidado institucional experimentaban un número de reacciones que pueden ser interpretadas como signos de dolor, junto con los mecanismos defensivos contra ese dolor, y que ellos tienen probabilidad de sufrir trastornos del desarrollo si el cuidado institucional se prolonga. El estudio de los mecanismos de defensa contra la ansiedad de separación mostró que esos mecanismos no son generados internamente, sino una respuesta a sucesos interpersonales. Las fantasías son una forma de lidiar con la experiencia pero no la preceden.

Los efectos nocivos de la privación varían según su grado. La privación parcial produce ansiedad duradera y otros sentimientos dolorosos y perturbadores, incluyendo ira y depresión. La privación completa tiene consecuencias de mayor alcance que tienen efectos permanentes sobre el desarrollo de la personalidad y la capacidad de formar, mantener y disfrutar de las relaciones.

Otro grupo de condiciones desfavorables que merecieron ser exploradas fueron aquellas en que los niños viven con sus padres reales o figuras parentales sustitutas, pero carecen del cuidado, apoyo y soporte suficientes. Estos déficits suelen surgir en familias disfuncionales e influencian el desarrollo de la personalidad del niño de una manera negativa. Bowlby nos aportó una gran cantidad de información fidedigna acerca de cómo ciertas condiciones son necesarias para el óptimo desarrollo psicológico del niño. Sobre esta base, se pudieron formular principios generales sobre el cuidado de los niños y aplicarse a la política social, incluyendo la organización de la internación de niños en hospitales, etc... (Propongo que se reflexione aunque sea de manera somera sobre el tema: seamos un poco más justos).

1 comentario:

  1. Hola Laura,

    Dos cosillas
    1.- en casos de privación materna, una vez alcanzada una madurez ¿cual es la mejor terapia o acciones a determinar para que las "acciones permanentes" que comentas en el artículo sean lo menos perjudiciales para el individuo.

    2.- cuando vas a empezar la pagina web de yatrogenia, es un tema muy interesante y todavia taboo en esta sociedad.

    Pablo.

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